Aporofobia
Del gr. áporos 'pobre' y -fobia.
1. f. cult. Fobia a las personas pobres o desfavorecidas.
Ese rechazo puede darse en forma de agresión, humillación o
intimidación.
Víctimas de odio
Poner nombre a las cosas ayuda a hacerlas visibles, si no lo tienen, esas realidades acaban pasando desapercibidas o quedan difuminadas. Es el caso de la palabra Aporofobia, un término relativamente novedoso que alude a una realidad social muy presente: el rechazo a las personas en situación de pobreza. En el año 2017 fue incluida en el diccionario de la Real Academia Española. Finalmente, en el 2021 el Parlamento ha aprobado la inclusión de la aporofobia en el Código Penal, ampliando el catálogo de las circunstancias agravantes.
Las agresiones por aporofobia son una realidad que sufren muchas personas en situación de calle. Un 47% de las personas sin hogar han sido víctimas de, al menos, un incidente o delito de odio por aporofobia. Si estimamos que en España existen 30.000 personas sin hogar, alrededor de 15.000 personas han pasado por al menos una experiencia de violencia.
Los delitos de odio contra las personas sin hogar no son sucesos ni hechos aislados. A pesar de las diferencias existentes entre las personas sin hogar, sus vidas y sus trayectorias de exclusión social y residencial, existen comportamientos y pautas comunes que hacen que las agresiones por aporofobia sea un fenómeno social. Las motivaciones, las formas, los lugares y el momento del día para elegir a las víctimas, y las herramientas para ejercer la violencia, entre otros aspectos, hacen de los delitos de odio por aporofobia un fenómeno estructurado que debe ser objeto de atención.
1/5
1 DE CADA 5
PERSONAS SIN HOGAR
HA SIDO AGREDIDA
FÍSICAMENTE
1/3
1 DE CADA 3
PERSONAS SIN HOGAR
HA SIDO INSULTADA
O RECIBIDO UN TRATO
VEJATORIO
El riesgo de dormir
en la calle
¿Qué delitos son
los más comunes?
En un 42,9% de las experiencias de victimización analizadas, las personas sin hogar fueron insultadas o se les trató de manera vejatoria y en un 40,8% de los casos sufrieron agresiones de carácter físico. Es necesario aclarar, en todo caso, que una misma experiencia puede incluir distintos tipos de victimización y, de hecho, lo más frecuente es que, por ejemplo, una agresión física vaya acompañada de insultos.
Agresión
física
40,80%
Trato
discriminatorio
16,70%
Robo de
pertenencias
10,50%
Insulto o trato
vejatorio
42,90%
Acoso e
intimidación
20,20%
En mujeres,
agresión sexual
3,50%
LE PEDÍ LA HORA,
SE BURLÓ DE MI
CON SUS AMIGOS
Y ME ESCUPIÓ
EN LA CARA
¿Cuándo?
El 60% de los delitos de odio contra las personas sin hogar tienen lugar en el espacio donde la víctima se encontraba durmiendo. Vivir en la calle es un factor de riesgo para la vida a medio y largo plazo. Por un lado, afecta de manera muy especial a la salud de las personas, ya que la relación entre la carencia de vivienda y el aumento de mortalidad es una evidencia: las personas sin hogar tienen una mortalidad entre 30 años superior al de la población general. A corto plazo, cada día las personas sin hogar ponen en riesgo su vida al pernoctar en la calle. La vulnerabilidad de una persona mientras duerme es absoluta y los agresores aprovechan esa situación de total desprotección de las víctimas.
El 63% de las
agresiones tienen
lugar mientras duermen
¿Dónde?
Por otra parte y respecto a la localización donde se produjeron los incidentes o delitos de odio, más del 50% de las experiencias analizadas se dieron en la calle y un 14,90% en espacios cerrados a pie de calle, como un cajero o un portal.
En un soportal
o túnel
4,4%
En la calle,
en zona aislada
20,2%
En un cajero
o portal
14,9%
En un local
público
7,9%
En la calle, en
zona transitada
38,6%
En una estación
de transporte
4,4%
Los agresores
¿Quiénes son las
personas agresoras?
Según la información proporcionada en las entrevistas, el 87% de las personas implicadas en los incidentes y delitos de odio fueron hombres y un 57% tenían entre 18 y 35 años de edad.
En un 28,4% de las experiencias analizadas, las personas responsables de la agresión o humillación fueron chicos jóvenes que estaban de fiesta. Las personas sin hogar muestran un profundo dolor cuando narran que insultar y agredir a las personas pobres se convierte parte de la diversión de los fines de semanas.
EL 29%
DE LOS
AGRESORES
ERAN JÓVENES
DE FIESTA
DOS JÓVENES QUE
ESTABAN DE FIESTA
ME INTENTARON
VIOLAR, ERA
PARTE DE LA
JUERGA
Los testigos
¿Cómo reaccionaron?
Dos de cada tres de las experiencias analizadas fueron presenciadas por otras personas. En un 68,4% de estos casos, los testigos no hicieron nada. Estos datos podrían reflejar la indiferencia con la que la sociedad nos enfrentamos a la vulneración de los derechos de las personas sin hogar. No se trata de ser héroes o heroínas, pero tampoco de retirar la mirada y hacer como si nada estuviera ocurriendo, porque no hacer nada es aceptar la intolerancia como un fenómeno inevitable.
7 de cada 10
testigos no
hicieron nada
Emociones
El sufrimiento, estrés y trauma son experimentados por cualquiera persona tras una agresión violenta. Sin embargo, en el caso de las personas sin hogar que sufren un delito de odio son escasos los recursos de los que disponen para canalizar esas emociones y superarlas. De este modo, esas emociones impactan en la salud mental de las personas que sufren este tipo de delitos y también impacta en los comportamientos y actitudes posteriores a una agresión. Según datos de Hatento en el 45% de las agresiones por aporofobia, la ira hacia las personas agresoras es la emoción más frecuente en las víctimas. Junto con la ira, emociones como la tristeza (37,7%), la sensación de indefensión (29,8%) y el miedo (25,5%) son las emociones más frecuentes en las víctimas.
#Miedo
#Indefensión
#Desesperación
#Exclusión
#Soledad
#Desprecio
Medidas
La denuncia ciudadana de las discriminaciones que sufren las personas sin hogar es necesaria para erradicar los delitos.
1
DENUNCIAR LOS
ACTOS DE VIOLENCIA
2
TENER Y FOMENTAR
UNA ACTITUD DE RESPETO
3
DESAPROBAR ACTOS
DISCRIMINATORIOS
4
CONCIENCIAR
SOBRE LA APOROFOBIA
5
FOMENTAR EL DERECHO
A UNA VIVIENDA DIGNA
Fuente de todos los datos: Observatorio Hatento
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